"¿SON MÁS REALES LOS SUEÑOS?".

"¿SON LOS SUEÑOS REALIDADES?".

A veces el varón que sueña;
vive cosas muy hermosas,
otras son algo graciosas...
Te enamoras de tu dueña.

La realidad se empeña;
que conozcas sus miserias,
las cosas ruines y serias...
En las cosas más pequeñas.

Me afianzo en mi ventana;
y reaparece la aurora,
entre flores y su aroma...
Amanece la mañana.

Los pajarillos trinaban;
las ardillas en correrías,
en primavera, un buen día...
Son flores que tu mirabas..

Los ruiseñores cantaban;
vi volando cien palomas,
la brisa trajo su aroma...
Mirando al sol que quemaba.

Volví rápido a mi cama;
y cerré fuerte mis ojos,
una gran neblina en rojo...
Lo tomé con mucha calma.

Y allí comenzó mi sueño;
soñé con una aldeana,
ella tenia tres hermanas...
Y ninguna tenia dueño.

Rubia, castaña y morena,
linda, preciosa y hermosa,
las cuatro que eran preciosas...
Las cuatro me dieron pena.

Viviendo en plena montaña;
pastoreaban ganado,
la mitad ya habían pastado...
Y a las otras se le engañan.

Siendo sólo un forastero;
me dieron la bienvenida,
con ojos de pervertidas...
¡Lo cuento; no soy embustero!.

Siendo hermosas damiselas;
muy bonitas y coquetas,
con petos como macetas...
Y sin visos de miserias.

Me miraban como lobas;
que esperan la rica cena,
sobre todo una morena...
Las otras eran mas bobas.




"SEGUNDO ACTO:

Con sus hermosos corpiños;
como lobos están hambrientos,
con poco conocimiento...
Entre su roce y cariño.

Me invitaron a la casa;
acepté de muy buen grado,
las cuatro eran de mi agrado...
Hablando nunca se cansan.

La morena me hizo señas;
desde la escala de roble,
la casa no era muy pobre...
Cimentada tras tres peñas.

Fui presuroso a su encuentro;
cerró la puerta tras mi,
vi su cara tan feliz...
Que me dejé de más cuentos.

Quitandose su vestido;
se quedó seria y muy muda,
me sonreía tan desnuda...
Como a un pobre pervertido.

Presto me quite mi ropa;
desnudo quedé a su vista,
la morena era muy lista...
Me ofreció un vino en su copa.

Sus pechos eran dos melones;
sus hechuras eran hermosas,
siendo tierna y muy graciosa...
Sus ojos melocotones.

Melocotones de almíbar;
con alegría y con arte,
quise tomar bien mi parte...
Tragando mucha saliva.

Se montó sobre mi pecho;
como una amazona hermosa,
me sonreía orgullosa...
Temblando miraba al techo.

.-¡Despiertate picarón!;
la universidad te espera,
no pidas al olmo peras...
¡que eres listo so ladrón!.

Mi madre me amenazaba;
y me destrozó aquel sueño,
cuatro que no tenían dueño...
Cuatro preciosas chavalas.

Ya he cumplido veinte años;
pero mi sangre me arde,
vendría a dormir más tarde...
Que estos sueños no hacen daño.

"Guti". "El romancero".

 
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