"UNA HISTORIA MUY AMARGA".Aquel día se terminaba;
un encierro incongruente,
mi inocencia yo gritaba...
Tras un fiscal indecente.
No sé qué tiene el "Justicia";
de que vivo y del trabajo,
ni sabiendo otra noticia...
¡¡Que me muera boca abajo.
Nunca estoy ni bien ni mal;
mas dice mi buena estrella,
tanto el juez como el Fiscal...
Le dan mucho a la botella.
Entiendo que este es mi sino;
no solamente no entiendo,
cómo yo sufro lo mismo...
Estos dos lo están sufriendo.
De delitos que me achacan;
fácilmente me defiendo,
el Juez y Fiscal machacan...
De peligros que no entiendo.
Al final los dos juntaron;
más con falsos argumentos,
con la maldad se aunaron...
¡¡Y ligaron presupuestos.
En diferencias conservo;
sus locuras en la arrogancia,
pero sus ideas prevengo...
Con faltas de tolerancia.
Abogado defensor;
y un Tribunal ignorante,
y otra que lo presenció...
Como robaba el tunante.
¡¡Sólo sé que no sé nada;
dijo asustada la "ñoña",
mientras el Fiscal reparaba...
¡¡Aquello ya era de coña.
Yo me aprecio de entendido;
en eso yo soy correcto,
que los que son maldecidos...
¿Cómo pueden ser discretos.
No pueden dudar del justo:
aunque digan y no lo creo,
que suena a serio disgusto...
Como niños en el recreo.
Señalar lo que es un Juicio;
ver que casi lo perdemos,
unos por propios prejuicios...
Y otros nunca entenderemos.
Se decía que antiguamente;
se iba la verdad por celos,
y un Tribunal indecente...
¡¡Nunca más verán el cielo.
Juraban y perjuraban;
con los propios y los ajenos,
es la idea que perduraba...
¡¡Por no culpar al extranjero.
¿Que intereses me tenían;
siendo español verdadero,
ver como me detenían...
Llevándome al matadero.
Siete años y siete días;
es lo que pedía el Fiscal,
y eso no lo merecía...
El Juez aún fue a más.
La condena fue diez años;
y el Tribunal lo aceptó,
eso fue lo que hizo daño...
¡¡Los gritos me condenó.
Y algunos con tanto horror;
con la vergüenza y el miedo,
con miedo a perder el honor...
Se quedaron como el hielo.
En la cárcel terminé;
como inocente borrego,
aunque mucho lo intenté...
Trabajé como un herrero.
Era mi oficio de "fuera";
lo ejercía en libertad,
no lo figura cualquiera...
Siendo oficio universal.
Oigo el ruido de campanas;
con el paseo de las gentes,
tañidos por las mañanas...
Con sus entierros decentes.
Y llevando cuatro años;
con el venir de fulanas,
y peregrinando el daño...
Con la Catedral cercana.
Cierta mañana de mayo;
me avisaron del trabajo,
ya habíamos cambiado el sayo...
Yo contesté; ¿¡¡que carallo!!?.
Me llevaron a una sala;
yo que confieso en mis dudas,
vi un despacho con sus galas...
Y un Juez con mirada dura.
Muchos libros y papeles;
atestaban la gran mesa,
un cuadro y cuatro corceles..
Y tres miradas muy tensas.
No eran pobres ni eran ricos;
una chimenea encendida,
trabajaban con el "pico"...
Y con el frío pretendían.
Uno aparentó ser rico;
y ofendido el más pequeño,
y otro pegándole un grito...
Al Juez que era malagueño.
El directorio exclamó;
a lo que ocurrió en silencio,
-¡¡hay que estar a la labor...
Este buen hombre no es necio.
Desde hoy ya eres libre;
se constata tu decencia,
los papeles que se inscriben...
También cuentan tu inocencia.
El que aparenta ser noble;
era el dueño del inmueble,
su apellido seria Roble...
¡¡Su conciencia le remuerde.
-El robo que cometisteis;
según el Juez y el Fiscal,
fue un hijo mio muy triste...
Que le quisieron exculpar.
Yo no tengo a más razón;
que pagarle el vil encierro,
le ofrezco casi un millón...
Por esta prisión de hierro.
Yo tragando mi saliva;
escuchaba su relato,
oyéndole va mi vida...
Era un oscuro retrato.
¿Que pasaría con él;
y con el Juez y Fiscal,
no querrían pretender...
Que esto fuera un gran final.
Sabiendo los tres del hurto;
siendo yo tan inocente,
y encima condena al "bulto"...
¡¡Los tres eran indecentes.
El cheque que me ofrecía;
curaban los cuatro años,
más mi honradez me decía...
Que no curaban el daño.
Una novia que tenía;
hermosa, guapa y muy linda,
ya me cogió hasta manía...
Como un ladrón que se "guinda".
Se perdió la confianza;
mis "amigos" que me huían
mi trabajo era una plaza...
¡¡Y vi que me despedían.
Con la mano temblorosa;
me hice tan dueño del cheque,
con una historia horrorosa...
¡¡Tendría para mil guateques.
Con novecientos mil euros;
podría montar un negocio,
con la crisis y con mi lego...
Pronto encontraría un buen socio.
Me despedí del lugar;
pegando saltos y con risas,
rápido al banco a cobrar...
¡¡Y lo que pude "deprisa".
Me compré bastante ropa;
alquilándome un gran piso,
todo me iba viento en popa...
Y un poco más me despisto.
A los tres puse denuncias;
mejor ponérsela a dos,
¿si al Juez y Fiscal pronuncia...
Ya el otro pagó el dolor.
Hermosa la primavera;
toda la calle y sus gentes,
me lo creí tan de veras...
Siendo un hombre tan decente.
Esta historia es de verdad;
así funcionan los Jueces,
y aquel salvaje Fiscal...
¡¡Desheredado merece.
El juicio se celebró;
y les quitaron las togas,
lo que pasó y ocurrió...
Cosas que se catalogan.
Y así pasaron los meses;
yo conocí un moza,
y en sólo muy pocas veces...
¡¡Vi su cuerpo; era hermosa.
Rubia de color dorado;
y un cuerpo que mareaba,
su padre que era rumano...
Se me perdió "si pagaba".
Y aquí se acaba esta historia;
me he marchado de viaje,
allí vivo con mi "Gloria"...
Son buenas gentes los "guajes".
"Guti".