"UNA NOCHE EN MI SEVILLA".
Sevilla va en procesiones;
con su fe y sus velas blancas.
no existen las confesiones...
La fe te aturde y te ablanda.
Nazarenos y penitentes;
son gentes en penitencia,
rozando por los salientes...
Caminan con sus conciencias.
Los redobles de tambores;
y las túnicas tan blancas,
cera quemada y olores...
Lloran en Almas tan blandas.
Los cirios me van llorando;
de muy lejos las saetas,
la Religión va penando...
¡Niños que maman de teta.
Los corazones sangrando;
recordando tales hechos,
los tambores van tocando...
Y retumban en mi pecho
¡Ay mi Sevilla sultana;
con tu fe y con velas rojas.
mi Madre y mis dos hermanas...
Una ciega y otra coja.
Junto al río Guadalquivir;
pasa el Cristo los faroles,
la pasión se ha de vivir...
Para pedir sus favores
Le he pedido a mis hermanas;
que le pidan curación,
a su Madre la sultana...
Que lo quiere con pasión.
Perlas de sudor y sangre;
de belleza y de pecados,
el agua por los desagües...
En sus charcos estancados.
La visión derrama amor;
con su rostro ensangrentado,
en su cara no hay dolor...
En Cristo sacramentado.
Prosiguen velas llorosas;
enmarcadas con las rojas,
cientos de bonitas rosas...
Con fragancias de la "Toja".
la Madre que es tan hermosa...
va al encuentro de Jesús,
con una capa preciosa...
Con un gran velo de tul.
Llorosa y enaltecida;
con un gran arco de estrellas,
con dolor y muy herida...
Como una Madre tan bella.
La virgen muy impaciente;
recorre rauda el encuentro,
alrededor mucha gente...
Con la belleza de un cuento.
Una saeta a lo lejos;
se oye con voz muy grave,
en sus calles y recovecos...
Con sus balcones estables.
Por estrechas callejuelas;
casi roza los balcones,
con olor de miel y hojuelas...
Se desatan las pasiones.
Reclinando su cabeza;
sobre su precioso pecho,
su cuerpo es de realeza...
Va recordando los hechos.
En los clavos de sus manos;
relucientes como estrellas,
muere como un ser humano...
Cruzan rayos y centellas.
Exála último suspiro;
mirando al cielo inseguro,
le pide al Padre un respiro...
Con poca voz, casi mudo.
¿Porqué me has abandonado;
porqué muero en esta cruz:
.- ¡¡Tu mueres por tus hermanos...
Es el pago que haces tu.
Con las palabras del Padre;
se adormece en la agonía,
grandes nubarrones arden...
La noche entretiene al día.
Del día escapa la luz;
la noche que se hace oscura,
los rayos rodean la cruz...
Los romanos en sus locuras.
Las tres Marías se arrodillan;
la Virgen llorosa y triste,
en el monte una gran trilla...
Pero la Madre aún resiste.
Sus lágrimas; bellas perlas,
en sus manos un gran pañuelo,
las tres Marías trianeras...
Rezan su muerte en el duelo.
"Guti".
"Foto: JPG.
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