"VOLVIENDO A LA REALIDAD".
Es la más bella princesa;
de este lugar tan distante,
aunque parece francesa...
Es hermosa y excitante.
Viendo sus ojos azules;
como el color de la mar,
¿si no fueran tan gandules...
En sus hechos y su mirar.
Su elegancia y sus andares;
fastidian a más de uno,
bailando por soleares...
Mientras yo me fumo un puro.
Tan corto fue mi placer;
y tan largo mis pesares,
lleva el vestido al revés...
¡¡Y por Dios vaya andares.
Su voz me causa dolores;
es gritona y chilla mucho,
de verla me entran sudores...
También le ladran los chuchos.
En un llorar se convierte;
en una pena constante,
mi niña no se pervierte...
Y para mi es importante.
Cuando calla y está quieta;
es un bombón fabuloso,
y eso es lo que más me inquieta...
Que tiene un cuerpo precioso.
Tiene un cuerpo de sirena;
su cuerpo huele a azahar,
cuando se encuentra serena...
Me dan ganas de abrazar.
Que lo uno es más injusto;
lo otro hay que aguantar,
si me da muchos disgustos...
Yo los tengo que amparar.
Harto estoy de protegerla;
callando todas las faltas,
esta gachí a mi me entierra...
Con sus vestidos y faldas.
Dulce como la miel pura;
hermosa linda y preciosa,
en el cachondeo es muy dura...
Más en carácter es dudosa.
Oigo voces por mi casa;
viendo como baila y canta,
de animal viene su casta...
Me mira besa y me encanta.
¡¡Deja de llorar simplona;
tus ojos de azul y plata,
los más bellos de Pamplona...
¡¡Jonia no me des la lata.
Me enfurecía tal hecho;
verla triste y tan llorosa,
que a eso no tenia derecho...
Con esa cara preciosa.
En mi lecho rezumaba;
palabra y hechos concretos,
las dudas que resaltaba...
Con silencios y secretos.
Con mis caricias la acallo;
le avivo el seso y despierta,
contemplándola me hallo...
Mientras se duerme la siesta.
Igual prevengo con suerte;
estoy lelo y resumiendo,
tan presto con mala muerte...
Mi intelecto entendimiento.
Tenia sólo veinte años;
una gran flor perfumada,
yo lo llevaba sin daños...
Pero el verla mareaba.
Si bien vemos lo presente;
hay que mirar lo pasado,
lo aclara un remitente...
Que terminó encarcelado.
Hubo una bulla en mi casa;
y aquí no se engaña nadie,
gentuza de pura casta...
Por una cuestión de baile.
Desde entonces se acabó;
tantos bailes y tantos gritos,
de igual manera alcanzó...
Aquellos extraños ritos.
Nuestras vidas son dos ríos;
los dos dirección al mar,
aunque tenga escalofríos...
¡¡Me cago en la mar salá.
Ella se marchó a su pueblo;
dejándome consumido,
como revuelos de cuervos...
La siguieron muy unidos.
Se ha acabado esta historia;
ya no hay más gritos ni bailes,
vivo sólo y en la gloria...
Con espacios y buen aire.
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