.- Así quedé desguazada.
Llena de un temor incierto.
Usada y avergonzada...
Con pena sin sentimientos.
Hay denuncias sin aciertos.
La Justicia está lejana.
La mujer un monumento...
El varón un tarambana.
Me levanté en la mañana.
Sucia por dentro y herida.
El marido de mi hermana...
Me tomó como querida.
Noté una gran medida.
Noté en mi sexo su avance.
Al comienzo buena vida...
Con sus peros y percances.
No hice fuerza en el trance.
Mis pechos duros en exceso.
Conseguido bien su alcance...
Entraba todo en mi sexo.
Su avaricia con mis pechos.
Me mordía los pezones.
Mi vista iba hacia el techo...
Notaba los tropezones.
Vuelan cien mil corazones.
Varones que son demonios.
Sin remedio en violaciones...
Con comienzos de tenorio.
Buscan el papel de novio.
Se apropian como marido.
Se quedan el repertorio...
Como un amante querido.
Con un abrazo fundido.
Con la Justicia en un beso.
Mi cuñado confundido...
¡Con caricias en mis pechos!.
¿Denuncio sobre los hechos?.
¿Que pasará con mi hermana?.
Yo también tengo derechos...
De que me meta en su cama.
Lo malo quita las ganas.
Pero si piensas en el gusto.
Corridas por las mañanas...
¡Se te quitan los disgustos!.
¿José Maria te gusto?.
.- Me gustas más que tu hermana.
.- Recuerdo aquel primer susto...
Tu me llamabas sultana.
Me levanté en la mañana.
Baldada y llena de antojos.
Tu cabeza en mi almohada...
Con mis partes color rojo.
Autor: Jesús Gutiérrez Pascual.-Guti.
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