Quien sueña en nuevos caminos;
con buen prado y sus colinas,
hermosos verdes y con pinos...
Con flores y rojas encinas.
Son sueños tan imposibles;
sólo el poeta los sueña,
siendo loco e impredecible...
Cuando "crikea" la cigüeña.
En su corazón hay arte;
en sus palabras rocío,
escondida en cualquier parte...
O en la ribera de un río.
Para todo hay momentos;
de un panorama sombrío,
lluvia amarga como el viento...
O en un monte con su frío.
La tarde cae y anochece;
hay caminos que traicionan,
y algunos desaparecen...
Donde se pierden personas.
Y el cantar del buen poeta;
con sus lloros y el paisaje,
con sus rimas y sus cuartetas...
Vistiendo su viejo traje.
La naturaleza es viva;
la condición de las gentes,
las ordenanzas que escriban...
Son malévolas e indecentes.
El poeta sólo admira;
la gran belleza del Mundo,
en el presente se mira...
Un pasado tan inmundo.
Es un loco desgarbado;
con pensamientos tan bobos,
piensa sólo esclavizado...
Entre animales tan lobos.
La lejanía lujuriosa;
con esos montes serranos,
sus florecíllas hermosas...
Y sus bosques tan quemados.
El hombre que es un inútil;
vengativo y ordinario,
quema todo lo que es útil...
Y también lo extraordinario.
Dejemos lo que es tan bello;
dejemos que el Alma brille,
con sus lejanos destellos...
Y las miéses que se trillen.
Reconocí en mis ardanzas;
a una bella toledana,
siendo muy fiel en mudanzas...
Era hermosa la fulana.
Recia falda con su vuelo;
su calzado de espartano,
en el firme de su suelo...
Barro y agua del pantano.
Más su encanto prodigaba;
ver sus pechos tan potentes,
con su vista regalaba...
Agua fresca y aguardiente.
Si es condición de un mal hombre;
el caer mucho en desgracias,
esperando tener nombre...
Un buen agua y dar las gracias.
Su figura de princesa;
con altanería confusa,
de su mirar con tristeza...
Tan recia, dulce y difusa.
Desnuda me la parieron;
desnudíta se quedó,
como una estatua de hielo...
Que la sangre me quemó.
Me enamoró la gran dama;
y con ella el desencanto,
el amor nunca reclama...
Belleza de vez en cuando.
Un amor con tal pureza;
tan sublime y arraigado,
creará en mi tal tristeza...
Que estaré desorientado.
Solo un poeta lo sueña;
su agua sólo era un río,
su figura era mi dueña...
Recordándome un gran frío.
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Por los caminos que anduve;
siempre apareció una dama,
pero nunca me entretuve...
Porque el silencio lo aclama
Eran hermosas y livianas;
sus pechos, como melones,
presentía cosas muy raras...
Viendo grandes cabezones.
Los sueños tan irreales;
con mujeres tan hermosas,
tan preciosas y tan reales...
¡¡Pero bonitas y graciosas.
Con poca memoria vivo;
por ser mis sueños recientes,
a mi dama nunca olvido...
Porque está siempre presente.
Con mis sueños marginales;
se deterioran con tiempo,
destellos subliminales...
Que se olvidan a destiempo.
No pequéis con los amores;
y no seáis inocentes,
los primeros son mejores...
Los "otros" más indecentes.
"Guti".
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