"LAS HISTORIAS QUE NUNCA ACABAN".
Esta historia es muy vulgar;
como esta habrá cien mil,
ocurrió en este lugar...
Por hombre indecente y vil.
Soledad tenia una gracia;
que apreciaban sus vecinos,
pero también una desgracia...
Se emborrachaba con vino.
A veces cogía cogorzas;
que no se podía aguantar,
siendo linda y tan hermosa...
Era pena en el lugar.
Dicen que fue con razón;
un amor furtivo y fiero,
que le atacó el corazón...
Siendo un hombre con dinero.
Le pidieron relación;
más de cuatro hombres hechos,
no hubo contestación...
Todos se iban deshechos.
Más ella lo comentaba;
-"porque para andar conmigo",
no quiero burros ni aldabas...
Y no quiero ni testigos.
Me basto en mis pensamientos;
como, bebo y donde duermo,
que con venir en mis contentos...
Me casaría con un muermo.
¿Es que han de venir tan lejos;
no estando muy bien conmigo,
los que vienen son pellejos...
Sírvanse bien los testigos.
Estoy cautiva en mi cuerpo;
entiendo que eso no basta,
y solamente los cuervos...
Vienen a darme la lata.
No me interesa el amor;
cuando se sufre tan cerca.
peligro en el corazón...
Por ser tonta y ser tan terca.
Un señorito mangante;
con mala ralea y casta,
engreído y petulante...
Se "merendó" linda tarta.
Cuatro jóvenes preciosas;
quedaron embarazadas,
cuatro lindas mariposas...
Con mentes muy atrasadas.
Las olvidó sin tardanza;
jugando sucio y mezquino,
¡¡vaya jaleo, vaya danza...
Caballero sin equino.
Se cuantas cosas me cansan;
difícil, más me defiendo,
mientras los otros descansan...
Limpiando y sigo barriendo.
Más no quisiera guardarme;
porque bebo y me emborracho,
trataré de "resguardarme"...
Y este vicio no lo tacho.
Bebo hasta emborracharme;
por los peligros y aumentos,
por tonta y enamorarme...
Pero con falso argumento,
De un hombre bien parecido;
con unos ojos preciosos,
bello acento enrarecido...
Con Don; y muy pretencioso.
Me encandiló su mirada;
y con sus finas maneras,
su educación refinada...
Juntó la aguja y la "hebra".
Con él pasé casi un año;
el trato era de una Dama,
se marchó y causó tal daño...
Que el vecindario se exclama.
Cuatro mujeres hermosas;
muy jóvenes y muy lindas,
su leyenda era famosa...
Las cinco fuimos "sus guindas".
Yo guardaba "mis cuidados";
si me llevaba a la cama,
lo tenia tan ordenado...
Que aún creo me salen canas.
¿Cuanta humildad y necedad;
le caben a un mal sujeto,
tenemos necesidad...
Con tal lobo como injerto.
Su locura y su arrogancia;
en mi humildad y mi desprecio,
aunque se tenga prestancia...
Siendo un hombre guapo y recio.
Aquellas que son dichosas;
¿cómo pueden ser discretas,
en palacio, o en una choza...
Llamada Doña Enriqueta.
Ver que todas perderemos;
las de casta y las de pueblo,
otras por casta de menos...
¡¡No son señores, son cuervos.
Decían que antiguamente;
que caballeros con daños,
aquellos tan complacientes...
Sufrían bastantes años.
Con mucha vergüenza y miedo;
quieren las prendas y su honor,
a estos señores de hielo...
Reniegan con deshonor.
No me espanto aunque podría;
que en lugar de borracheras,
pensaría en porquerías...
Y lo haría hasta que me muera.
De un señorito extremeño;
de un terrateniente grande,
se vengaron los pequeños...
Aunque lo hicieron muy tarde.
¿Si tan fea pintan la envidia;
yo diría que aún sin ruegos,
es como un toro de lidia...
Que se despacha en el ruedo.
Siendo pobre y no muy rica;
tiene un gran fuego mi huerto
y si la envidia me pica...
Caerían más de tres muertos.
Si despiertan con cuidado;
sin pretensiones y sin pleitos,
saldrían muy escaldados...
Estos señores y sus cuentos.
Murmuraron a lo grande;
me ofendieron alto y claro,
pero pensarían más tarde...
Que aquello que ocurrió era raro.
Con esta envidia que exijo;
más lo que pasó y merezco,
mi hogar no es ningún Cortijo...
De pensarlo me estremezco
Dejándome enamorada;
con un dolor tan intenso,
a la bebida me daba...
Sin más tono y más concierto.
"Guti".
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