"¿VIVIR, MORIR, QUE MÁS DA".
Hacia un sol de Primavera;
un sol caliente y muy fiero,
yo la quería de veras...
¡¡De mi no se fue por miedo.
En una cálida tarde;
paseando por mi playa,
no queriendo dar alarde...
Pero mi ruina se explaya.
Vengo buscando sus huellas;
mirando la fina arena,
era vecina de "Argüellas"...
Mientras yo muero de penas.
Su recuerdo me transporta;
a lugares muy hermosos,
realmente no me importa...
Ser tan bruto, y tan soso.
Mi corazón alza el vuelo;
lo mismo que hacen los cuervos,
con sus graznidos y sus duelos...
Recordándome su cuerpo.
Un cuerpo divino y prieto;
unos pechos poderosos,
pero nunca me arrepiento...
Si me porté bondadoso.
La mar estaba muy llana;
lamiendo y besando arena,
no camina mi cristiana...
Sólo yo, lloro mi pena.
La espuma se deslizaba;
abrazándose a las rocas,
el mar se tranquilizaba...
Con preciosas olas rotas.
En un tronco de Burriana;
escrito estaba su nombre,
era Carmen de Triana...
Hija de familia noble.
Mi mente se acaloraba;
mi inocencia de demente,
mi corazón palpitaba...
en ataque de repente.
Mi sentir se rebelaba;
mis manos se humedecían,
un sudor frío palpaba...
De tanto que la quería.
Recordé su bello cuerpo;
sus sinuosas miradas,
su pelo color de cuervo...
Tanta hazaña realizada.
Sus besos como la miel;
sus ojos verde de mar,
no destilaban la hiel...
Era hermosa de llevar.
Caricias angelicales;
paseando por mi cuerpo,
bellas notas musicales...
Con su bello pelo negro.
Momentos inolvidables;
horas de pasión intensa,
muchas noches memorables...
Mientras dos cuerpos se tensan.
Hilera de besos largos;
caricias muy atrevidas,
en su cuerpo; no me amargo...
¡¡Yo la amaba, era mi vida.
Entre una roca y la orilla;
se sentaba mi sirena,
como una barca y su quilla...
En una mar muy serena.
¿Que placer cuando miraba;
cuanto orgullo me invadía,
cuantos besos derramaba...
En un barco en la bahía.
Mis pies rozaban la arena;
de un paseo conocido,
llorando estaba de penas
La luna ya ha aparecido.
El tiempo volaba presto;
y el tiempo no remitía,
ya no me quedan arrestos...
Y mis vergüenzas "escondía"
En un maldita noche;
después de una gran fiesta,
una noche de trasnoche...
Una verbena desierta.
Dos desnudos integrales;
miraba la luna llena,
dos desnudos navegantes...
Con una luna tan plena.
Un oleaje tremendo;
con olas muy asesinas,
yo velozmente pretendo...
Las más grandes cantarinas.
Sólo al cabo de un buen rato;
medio borracho y altivo,
no me enteré del maltrato...
¡¡Mi Carmen no ha aparecido.
Llamándola cien mil veces;
con voz rota y muy intensa,
mi Carmen no me aparece...
Buscando en la mar inmensa.
Las olas se rebelaban;
y el oleaje crecía,
mi Alma se serenaba...
¡¡Mientras yo me maldecía.
¡¡Por favor no te la lleves;
no destroces a mi amante,
mi odio no será leve...
Acabas de destrozarme.
Se zambullo tan profundo;
que perdió tiempo y noción,
-¡¡si ella muere yo me hundo...
Ya he tomado posición.
Despertó en la habitación;
mirándole una enfermera,
como una hermosa canción...
De melodías verdaderas.
Lo primero que pidió;
es saber el paradero,
-¡¡es mi amor y sollozó...
Ese mar es traicionero.
Las manos de la enfermera;
acariciaron su frente,
las notó por vez primera...
¡¡Carmen lleva el referente.
Poco más tarde dijeron;
que me habían rescatado,
que fueron dos marineros...
Los que me habían encontrado.
Rescataron otro cuerpo;
el de una joven hermosa,
me pregunté; ¿estoy cuerdo...
¡¡La noticia me destroza.
No pude ir a su entierro;
el doctor dijo;-descanse,
se ha salvado, eso es muy cierto...
Pero se encuentra en un trance.
Un mes en el Hospital;
me dejaron casi nuevo,
eso me hizo que pensar...
"El saltar otra vez al ruedo".
"Guti".
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