"DE CORNUDO, AL GRAN DISFRUTE".
"Quién menoscabe sus bienes;
y quien aumente sus sueños,
hay que darle parabienes...
Para eso no hay remedio.
Aquel que mate sus sueños;
su gloria y sus alegrías,
siempre tendrá un mal dueño...
Fresco y sereno seria.
La agonía de la muerte;
y quién su gloria repunte,
morirá muy lentamente...
Con modistilla y "despunte".
El infierno de la vida;
de un mal modo yo lo veo,
son enigmas escondidas...
Apuntando con un "deo".
Fortuna amor y sus vicios;
con sus chalés construidos,
no son buenos edificios...
Todo será destruido.
El amor si es rutinario;
si no se cambia de yegua,
dejando uno ordinario...
O andar sus veinte leguas.
De este modo no hay cordura;
si matas tus sentimientos,
hay que tener caradura...
Y dar poco "rendimiento".
¡¡Válgame Dios lo qué veo;
mi mujer con su querido,
si no lo veo no lo creo...
Tengo el corazón herido.
¿Que hago lo mato a duelo;
o me separo de ella,
nada seria mi consuelo...
¡¡Agarraré la botella.
¿De que me sirve vestir;
todos mis sueños es engaño,
¿como me voy a arrepentir...
Si ella me hace este daño.
Dame celos y desengaños;
decidme: ¿qué puedo hacer,
uno u otro me hace daño...
Haciendo que es menester.
Casi me ha llegado a ver;
detrás de aquellos jardines,
¡¡se besan, lo veo a través...
Entre rosas y jazmines.
Tengo caliente sus besos;
sus suspiros tan hermosos,
cogiéndola toda en peso...
Con sus pechos tan preciosos.
Con furia y enfrentamiento;
por si alguna vez soñamos,
con muy poco entrenamiento...
Con ella hemos acabado.
Que el vivir sólo es medrar
y estos celos que me engaña,
hace en mi hasta despertar...
La mala sangre y la saña.
Con este engaño olvidado;
dispongo separación,
cornudo y muy enterrado...
Esta es mi gran ocasión.
Su hermana la más pequeña;
es linda y muy hermosa,
es preciosa y muy trigueña...
Y huele como las rosas.
Bien se que está enamorada;
aún soy joven y muy apuesto,
y curar la marranada...
De la que no estoy muy repuesto.
Poco me costó encontrarla;
convivia con nosotros,
no quería ni recordarla...
Y menos a aquel baboso.
Aunque ninguno lo entienda;
yo sueño que estoy muriendo,
solucionando esta enmienda...
Yo quiero seguir riendo.
La llevé al cuarto privado;
y cerré con cerradura,
ella lo había contemplado...
Y me sentí un caradura.
se espatarró en el sillón,
adivinó aquel intento...
De uno entre un millón.
Ya no hubo más distancias;
yo me senté a su lado,
era muy grande la estancia...
Sólo le cogí la mano.
Ella miró mi sonrojo;
con su risa cristalina,
después me miró a los ojos...
Y me dio un beso Martina.
Fue el comienzo de la orgía;
su cuerpo virgen y hermoso,
mi pasión ya resurgia...
Era un cuerpo muy precioso.
Su hermana con treinta años;
revienta con su hermosura,
sólo pienso y me hace daño...
Más Martina una ricura.
La joven me agradecía;
con sus besos y caricias,
el momento bendecia...
Siendo todo una delicia.
La penetré como un loco;
más dime cuenta enseguida,
que de "virgen" tenia poco...
Una vez fue conseguida.
Me besaba como loca;
me apretaba mi cabeza,
hay cosas que no se "toca"...
Y a mis años se endereza.
Bajó hasta mi cintura;
y agachó su lindo cuerpo,
yo sentía aquella frescura...
Me sentí como cien cuervos.
La dejé y la acariciaba;
con movimientos sublimes;
de virgen no tenia nada...
Lo dice aquí el que suscribe.
Noté un chasquido en la puerta;
y dos figuras entraron,
el hombre de "Alta-puerca"...
Con mi mujer en tejanos.
No dijeron ni palabra;
mi mujer me dio un gran beso,
desnuda y muy helada...
Pronto noté un gran peso.
El joven rubio y hermoso;
se apareó con su hermana,
no pensé en aquel baboso...
Que lo vi por la mañana.
Como un fuego que recorre;
un laberinto de un bosque,
en la gran cama se "esconden"...
Cuatro cuerpos y un "entronque".
Una mano recorrió;
parte de mis entrepiernas,
¡¡vaya ¿alguna se le ocurrió...
Con unas manos tan tiernas.
Nunca había disfrutado;
tanto como aquella noche,
el joven se había cambiado...
Como un chofer con su coche.
No le dí más importancia;
mi cuñada me montaba,
mi mujer seguía muy rancia...
Y también era remontada.
Tres horas y amaneciendo;
destrozado como zorros,
el joven se iba vistiendo...
Me dijo adiós y alzó el gorro.
Ya no me quedaban fuerzas;
y arremeten como lobas,
con caricias me refuerzan...
Quedando como dos bobas.
Mi mujer me acariciaba;
dandome unos grandes besos,
dos eran las escaldadas...
Y yo mirando hacia eltecho.
No comprendia aquel hecho;
mi cuñada me montaba,
yo me encontraba deshecho...
Y ellas dos yeguas cansadas.
Eran dos locas en celo;
son como desaguisadas...
ya no me encuentro ni entero...
Y para mi remontadas.
Llega el final de la historia;
los tres dormíamos juntos,
dos cuerpos que daban gloria...
Y acabaron mis disgustos.
"Un consejito les doy:
"Cuando se vean en peligro;
de perder a su pareja,
mejor que no sea un gringo...
Sino la mujer se queja",
"Guti".
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