"ME ENAMORÉ DE MI CUÑADA".
"Era un buen día y precioso;
era un día de primavera,
apareció un sol muy hermoso...
En el pueblo "La Ribera".
Un pueblo casi vacío;
trescientos sus habitantes,
se encontraba muy herido...
Se habían marchado bastantes.
Es verdad pues reprimamos;
fieresa sin condición,
es mejor que nos unamos...
La furia sólo es rencor.
Por si alguna vez soñamos;
y los sueño realidades,
por ser bribón nos quejamos...
Y no hacer barbaridades.
En pueblo tan singular;
sin trabajo y pocas tierras,
que el vivir sólo es soñar...
Al que se muere lo entierran.
La experiencia es esperar;
me lo dicen los ancianos,
es muy triste el despertar...
Con la mujer de mi hermano.
No altero a vuesas mercedes;
les juro que estoy unido,
con cochinada merece,
Por lo que dirán reunidos.
Que el hombre que sueña vive;
lo que ocurra al despertar,
la realidad la percibes...
Y eso da tranquilidad.
Disponiendo y gobernando;
este aplauso que recibo,
no me encuentro jorobando...
Pero a medias también vivo.
Mi hermano marchó muy lejos;
enamorado perdido,
dio los pasos del cangrejo...
De una mujer muy rendido.
Si el amor es sólo fuego;
en cenizas se convierte,
siendo el amor sólo un juego
Tal vez hasta usted lo intente.
Mi cuñada una belleza;
hermosa como ninguna,
pero vivió con tristeza...
Se quedó como la una.
No pudieron tener niños;
mi hermano le echó las culpas,
perdiendo todo el cariño...
María le pedía disculpas.
A mi hermano disgustaba;
una mujer incompleta,
todo el tiempo acaparaba...
Pero María era recta.
No quise entrar en conflictos;
era mi hermano y cuñada,
por eso me andé muy listo...
Aunque mi amistad dañada.
Viendo que hay que dispensar;
en el soñar con la muerte,
nos quedará por ahorrar...
Para ser aún más decente.
Sueña el pobre en su riqueza;
que más cuidados le ofrece,
sus miserias y su pobreza...
Sueña el rico que padece.
Sueña el que a robar comienza;
duerme el que afana y corrompe,
el que es honrado no empieza...
Porque seria un mal golpe.
Yo que soñaba en María;
era mujer de mi hermano,
miraba y me distraía...
Muchas veces he bailado.
sueño al que agravia y ofende;
y en mi Mundo es condición,
si el sueño no me reprende...
Lo sueño con conclusión.
Se animaron los trajines;
el papeleo y abogados,
yo sólo dije ¡¡cojines!!...
Ya me encuentro cabreado.
Insistí una y mil veces;
con mi hermano y con María,
mi hermano seguía en sus treces...
Callarme mejor seria.
Mi hermano hizo sus maletas;
y abandonó el domicilio,
creí que todas mis tretas...
Un fracaso de homicidio.
María me contemplaba;
no lloraba, ¡¡tan tranquila!!,
sus ojos no me engañaban...
Le preparé buena tila.
Todos sueñan lo que son;
aunque ninguno lo entienda
aquel sueño me alegró...
Soy muy malo y sin enmienda.
Los dos eramos vecinos;
juntas estaban las dos casas,
siendo hermano y no mi primo...
Y María con buena casta.
Yo sueño que sigo aquí;
en esta prisión cargado,
no quise y pude huir...
Pero quedé aletargado.
Y viviendo en otro estado;
más extranjero me vi,
aquello era un condado...
Muy honrado y muy servil.
Es la vida un frenesí;
siendo mala la ilusión,
por eso nunca entendí...
Si era sombra o una ficción.
Y el mayor es bien pequeño;
y mi sueño era Maria,
que la vida es sólo un sueño...
Porque yo ya la queria.
Era su pelo trigueño;
con cara que enamoraba,
y se quedó sin un dueño...
Sabiendo, la deseaba.
Yo soñaba con su cuerpo;
con sus caricias y besos,
al aparentar ser un cuervo...
Con conciencia y con su peso.
Una noche de tormenta;
todo quedó muy confuso,
la luz se fue por su cuenta...
Y yo reí por iluso.
Oí golpes en mi puerta;
la abrí portando una vela,
María muy descompuesta...
Miedosa casi sin tela.
Raimundo que tengo miedo;
y oigo ruidos muy extraños,
y estoy casi como el hielo...
Y los truenos me hacen daño.
Pasa María y descansa;
encendí la chimenea,
he metido buena tranca...
De madera de Guinea.
Y María con una bata;
y un chal que lo sostenía,
abierta como una tarta...
Así mismo la quería.
Sonó un trueno terrible;
la joven se le abrazó,
llorosa y muy sensible...
Raimundo si la besó.
Ya habían pasado dos años;
que su hermano se marchó,
pensó que no hacia daño...
Y otro beso recibió.
En el suelo reposaban;
en silencio y muy unidos,
el fuego que respiraba...
Sin el frío, ni su ruido.
Había culminado el sueño;
un sueño y una pasión,
María ya tenia otro dueño...
Y pensó que era el mejor.
Raimundo volvió a la carga;
besando todo su cuerpo,
María le aconsejaba:
¡¡No picotees como un cuervo.
Fue una noche memorable;
Raimundo que era consciente,
María no era desechable...
¡¡Estaba rica e inocente.
Un cuerpo muy bello y sano;
unos pechos exuberantes,
donde nacían los "enanos"...
¡¡Con eso digo bastante...
Al cabo de un cierto tiempo;
vino al Mundo otra María,
muy sana y sin contratiempos...
¿Con dos mujeres que haría?.
Con recuerdos de mi hermano;
María llora y reía,
el "fallo" de él humano...
Pero ya no lo queria.
"Guti".
No hay comentarios:
Publicar un comentario